jueves, 27 de marzo de 2008

No llores por mí, Argentina


Soy chica, cuento tan sólo 14 mayos, pero aún así tengo un cerebro que trato de ejercitar, y creo que lo que hace el mamarracho de presidenta -o presidente, no me interesa cómo se dice en este momento- que tenemos, es intentar separarnos ideológicamente para poder manipularnos con mayor facilidad.

El lunes conmemoramos -aunque más que una conmemoración fue un patético festejo- el 32 aniversario del golpe de Estado y en todos lados se habló de la violencia que ejercieron los militares y todos los crímenes de lesa humanidad que cometieron...Y yo me puse a pensar ¿Tan diferente es lo que estamos viviendo?

Hay muertes todos los días: sino es por un accidente de tránsito, es por un robo o asalto, sino es eso, hablamos del desaparecido Julio López, testigo clave en uno de los juicios contra un militar ¿Esto es democracia? En el colegio me enseñaron que la democracia es sinónimo de libertad...YO no me siento libre porque sé que puede pasarme cualquier cosa en la calle, me preocupo cuando algún familiar o amigo tarda más de la cuenta en llegar a casa ¿ESO ES LIBERTAD?

Me angustia mucho lo que está pasando en el campo, realmente entiendo poco al respecto, sólo sé que el Estado quiere aumentar las retenciones argumentando que tienen plata y que por culpa de ellos el país mantiene el dólar alto mientras que en el resto del mundo, el dólar baja. También es cierto que si no aumentan las retenciones, los productores exportan mucho más de lo que destinan al consumo interno, lo cual tampoco está bien ya que los que terminan pagando 9$ el kilo de tomates somos nosotros.
Es un tema verdaderamente complejo que entendí poco y me desconcierta, pero de lo que estoy segura es de que esto no me gusta para nada y no quiero escuchar más cacerolas. Paz, Argentina, danos un poco de paz.
PD: no estoy comparando a Cristina con Videla, para nada, sólo comparo los momentos, no a los presidentes!

jueves, 20 de marzo de 2008

Un viejo amor...Que jamás terminó.


Te perdí por pendeja, por inmadura, por no saber manejar las cosas, por cagona, por no saber decir te amo a tiempo.

Te perdí hace mucho, y hoy vos estás escribiendo otra historia y la nuestra, que dejaste que la escribiera yo sola sin ser capaz de intervenir para poner un punto final para frenar mi fantasía, se terminó hace rato, si es que alguna vez la consideraste tuya.


Yo te amé sola, desperdicié -y dejaste que desperdiciara- los primeros latidos de amor de mi corazón en vos, en una historia que no tuvo ni principio ni fin, una historia que comenzó por casualidad y que no se va a terminar jamás, porque siempre volvés, siempre volvés a mi corazón, y cuando menos lo espero, cuando más vulnerable me siento, cuando menos ganas de enamorarme tengo. Yo sé que puedo verte todos los días sin que nada me pase, pero también sé que sólo basta uno para hacerme sentir todo lo que el tiempo y las vivencias se encargaron de enterrar.


Fue un flash que duró una noche y sé que lo reviviré en cualquier otra. También sé que nunca va a pasar nada más entre vos y yo, porque no sos para mí y porque sos algo que quiero superar.


El primer amor no se olvida, y es eso lo que me hace sentir todo esto. Nada más.

jueves, 13 de marzo de 2008

De vuelta a la rutina...


Me hallo en pleno proceso de descongelación cerebral.

Dentro de unos días, cuando recupere ganas, cuento qué onda.

lunes, 10 de marzo de 2008

¿Crecer o no crecer? Esa es la cuestión


Siento ganas de crecer y ser adulta, vestirme formalmente para ir a trabajar (aún no sé de qué), formar una pareja estable, vivir sola en mi propio departamento, tener mi propia tarjeta de crédito que pague en cuotas mis propios bienes materiales, manejar un auto, poder entrar al cine a ver películas sin tener que fijarme las restricciones de edad, poder tomar desiciones egoístas sin sentir culpa; pero a su vez no quiero que esta etapa, la que todo el mundo llama la más linda, la adolescencia, se termine. Me gusta salir con amigas, poder cantar a los gritos por la calle sin pasar vergüenza, sentir que soy la más linda del planeta cuando el obrero de la esquina me grita alguna guarangada, reír de cualquier cosa sin pensarla dos veces, ser espontánea y auténtica sin detenerme a medir las consecuencias, sonreír con cada cumplido, poder llorar con absoluta libertad ante cualquier desilusión, dolencia o insulto sin mirar a mi alrededor, no tener otra obligación más que ir al colegio y aprobar mis materias, no tener otra preocupación más que erradicar mis granos pre-menstruales siempre inoportunos, poder expresar mis complejos sin temor a miradas raras y prejuiciosas.

¿Se puede ser adolescente y adulto a la vez?
¿No?
Qué lastima, ¡porque estaría buenísimo!



-esto lo llamo repentino y pasajero temor a crecer-

lunes, 3 de marzo de 2008

Comenzando el regreso...


Hoy volví a ver a algunos de mis compañeros de colegio, el reencuentro fue buenísimo, necesitaba verlos nuevamente e ir haciéndome a la idea de recomenzar las clases, pero me encontré con algo inesperado: si bien me sentí muy bien, me reí hasta que me dolieran los abdominales y la mandíbula, sentí que me enfrasqué, que me dediqué a tres amistades -una de ellas ya truncada- y dejé de lado otras para poder afianzar mi grupo de amigas por temor a que me volviera a suceder lo que aconteció en el 2006, y eso me alejo del resto. Pero pese a eso no me sentí mal...Simplemente sentí que era aguja de otro pajar, desconocedora absoluta de las personas que mencionaban y ausente en las anécdotas y recuerdos que comentaban. También sé que estuve ausente porque insonscientemente quise que así fuera, mis repetidas negativas a los boliches -detesto bailar en un lugar cerrado, excesivamente chico y con gente desconocida- mi ausencia virtual del último mes y medio y el escaso interés por ambas partes en salir juntos hizo que no me tuvieran en cuenta para determinadas salidas o jodas, de las que probablemente no hubiese participado así me hubieran invitado por incluir en el plan ir a bailar.


De todas maneras, como dije, hoy reina en mí la alegría de haberlos vuelto a ver, la esperanza de volver a ser parte de ellos y ellos parte de mí y la lógica melancolía de los viejos tiempos, que suele azotarme con frecuencia dejando lágrimas en mis mejillas y tristeza en el corazón que son borradas por las alegrías del presente y el saber que todo lo que pasó me hizo lo que soy hoy.


Dejo atrás el verano, las vacaciones y me mentalizo para volver a las aulas, a la rutina por momentos agobiantes, pero las felices risas que acontecen a cada rato junto a las personas con las que crecí y maduré; junto a las personas que me hacen y dejan ser más alla de simpatías o antipatías.