jueves, 29 de mayo de 2008

Otra flor (?) arrancada de mi jardín


Una vez más he podido comprobar que soy sumamente determinante, que pocas cosas son imprescindibles en mi vida, y que cuando me decepcionan, acciono automáticamente el botón delete ubicado en un punto medio entre mi corazón y cerebro.

Me sentí acosada, sentí que abusaron de mi respeto y agradecimiento, me sentí atacada, amenazada y sometida. Sentí que dejé que lo hicieran para no generar un mal mayor. Pero no dejo de olvidarme que tengo 15 años -los cumplí el 17 del corriente mes :)- y que es lógico que me anonadara ver a una mujer de cuarenta años encararme de la manera en la que lo hizo -prepotente y creyéndose omnipotente, dueña de la verdad y capacitada a decirme lo que tengo que hacer y sentir- y a quien hasta hace poco consideraba una de mis mejores amigas hablándome como si yo fuese una porquería y nunca le hubiera brindado nada de mí. Y si yo no les hablé como me hablaron ellas -tampoco me quedé calladita- fue porque mi madre me brindó algo fundamental que se llama educación y también tengo memoria y recuerdo lo que ellas me brindaron de sí y lo voy a seguir recordando y valorando más allá de lo mal que me han hecho sentir.

Y de esto sacaré lo mejor, como desde hace tiempo hago con todo lo que me sucede.


Tendría que haber hablado a tiempo, tendría que haberle dicho lo que me molestaba pero si no lo hice fue porque en el fondo sabía que desembocaría en una situación nefasta como esta, ya que es una persona sumamente cobarde que no se atreve a decir de frente los problemas que tiene y prefiere dramatizar y esperar que el resto se de cuenta o adivine más bien, lo que a ella le sucede, y así saciar su imperiosa necesidad de ser el centro de atención. Y creo ser capaz de brindar pero también, como todo ser humano, necesito recibir afecto y que sepan entenderme, y considero que para entender a otra persona hay que conocerla. Y siento que ella no me conocía. Y que yo no la conocí ni la mitad de lo que creía.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Death.



La muerte volvió a tocarme cerca y ya no puedo contener las palabras que quieren salir.


No entiendo cómo la vida sigue como si nada, día tras día, sin importarle quiénes quedan en el camino. Me paraliza saber que en un instante estás, y al otro ya no.

Ayer, me reía junto a él de cualquier pavada que sucediera a nuestro alrededor, y hoy por la mañana me entero que mientras yo estaba cenando tranquilamente, él estaba pasando el más doloroso momento de su vida.

Hoy por la mañana volví a sentir la desesperante sensación de desamparo y desprotección, volví a sentir que de un día para el otro podés encontrarte sin nadie a tu alrededor que te ayude a superar un mal trance o que pueda unirse a tu risa para pasar un buen momento. Al fin y al cabo nadie puede protegerte de la muerte, ella aparece cuando se le da la gana, y muchas veces, sin previo aviso. Y ahí te encuentra, desprevenido, y se aprovecha de tu confianza, y luego te das cuenta de que se acaba de llevar a alguien de tus afectos, y te sentís solo, culpable, o simplemente desconcertado, mirando hacia todos lados intentando comprender o esperando que alguien comience a reirse y te diga que sólo se trataba de una broma. Pero eso no sucede. Y te querés morir vos también, porque sentís que no vas a poder vivir sin esa persona, que no podrás sobrellevar ese dolor. Pero no te queda otra más que seguir, y días, semanas o meses después continuas con tu vida habitual, como si nada hubiese pasado. Nadie es imprescindible en la vida, nadie es inmortal, NADA ES ETERNO.


Espero que de este dolor saques algo positivo, espero que puedas seguir con tu frescura de siempre, espero que estés bien y espero que respeten tu silencio.

sábado, 10 de mayo de 2008

Feria del libro, edición 2008


Voy religiosamente todos los años a la feria del libro como quienes van caminando hasta Luján.


A continuación mi apreciación de la edición número 34:


1) No sé si es porque el año pasado aproveché mejor las ofertas, pero gasté más plata y compré 9 libros y dos revistas; lo que suman 11 adquisiciones. Imagino que la inflación también repercute directamente sobre ello y me dio muchísima bronca. Si bien me encanta comprar libros, ya que no lo considero un gasto sino una inversión, olvidarme de los precios, compre lo que compre, me resulta por demás complicado. Pero ojo, no me arrepiento, para nada, esto me da la pauta de que el año que viene, antes de comprar algo, tengo que dar vueltas y vueltas e ir al lugar en que vendan el libro que quiera o me guste, un poco más barato; pero como los libros me fascinan y la adrenalina se me dispara violentamente desde el momento en el que me bajo del colectivo frente a la feria -fiel demostración de ello: mis amigas y yo no quisimos hacer la cola para el centro de canje y pagamos la entrada sin descuento, SÓLO PORQUE QUERÍAMOS ENTRAR CUANTO ANTES- no puedo contenerme y cuando veo un libro que estaba buscando o me gustó, pelo la billetera, saco el billete, pago y guardo la factura prolijamente para luego hacer el balance anual de la feria y pedirle el reintegro correspondiente a mi señora madre que sonríe al ver que su hija es medio intelectual -según amigos, medio intelectual si me mirás con sólo un ojo.


2) Nos recorrimos casi todos los centros de información y no conseguimos NI UN SÓLO MAPITA de la feria. Yo sé que fui sobre el cierre de la misma -termina el lunes-, pero la feria este año cumplió 34 añitos y ya deberían saber, apróximadamente, cuánta gente va a concurrir y tener todos los mapitas necesarios, para que las pobres desorientadas -léase Sofía y amigas- puedan encontrar fácilmente los stands que querían chusmear SÍ o SÍ. Y los mapas pegados en las paredes -si es que encontras alguno por tu camino- no son lo suficientemente claros para que puedas orientarte.


3) Conseguimos un "barcito" que no estaba tan caro, por si alguien va a ir, paso el nombre: Gazebo. Está ubicado en el pabellón azul y la cheese cake está hecha con Mascarpone.


4) Aquellos que están acostumbrados a que cada pabellón tenga su color respectivo en las alfombras, desacostúmbrense, porque no es más así.


5) Me pareció DEMASIADO chica y no encontré el área de descanso por ningún lado, quizás este año no hubo.


6) Pese a todo, ESTOY FELIZ!

lunes, 5 de mayo de 2008

Reencuentro




Reencontrarme con sus ojos, con sus palabras, con sus anécdotas, fue más fuerte de lo que creí que sería; sentir el olor típico de su casa me trajo recuerdos que por más tiempo haya pasado, son imborrables; ver las fotos de los tiempos felices decorando su vivienda me hizo sentir encerrada dentro de ese cuadrito, verme sonriendo junto a ellas cuando no era más que una pequeña niñita me hizo ver cuán rápido pasó el tiempo y qué fácil es destruír; escuchar sus risas ante comentarios de sus otros primos me hicieron sentir desubicada, ocupando una silla de más que no estaba situada donde debería.


Las palabras dichas, y las lágrimas guardadas durante este fin de semana, me dieron la pauta de que hay algo dentro de mí que no termino de abandonar ni aceptar: que mi infancia se terminó y se llevó consigo mi inocencia e inconsciencia.

Me encantaría recuperar aquella relación que tuvimos en viejas épocas, pero la distancia entre nuestros domicilios nos juega en contra.