
Una vez más me doy la cabeza contra la pared, una vez más veo tarde la realidad, una vez más las apariencias me nublan la vista distorsionando lo que hay frente a mis ojos. Siempre me sucede con personas a las que llego a querer y considerar amigas, a quienes les confío mis secretos, mis vivencias y les comparto mis pareceres.
Una vez más me decepcionan, pero al menos no cargo sola con ese sentimiento, al menos no me quedaré sola, y por el contrario ayudará a consolidar un poco más otra amistad.
Sé que esto forma parte de la vida y a decir verdad ya estoy un poco acostumbrada, pero sigo sin entender por qué las cosas se destruyen tan fácilmente tras una larga y trabajosa construcción, trato de buscarle el sentido a tantos meses de confianza casi ciega para golpearme repentinamente la cabeza contra otro muro sólido que se me antepone en el camino obligándome a cambiar de sendero. No me gusta equivocarme, no me gusta darme cuenta tarde de las cosas y aunque me haga la dura, me duele muchísimo darme cuenta de su verdadera cara, me duele y me molesta haber confiado tanto en una persona que resultó ser como el resto, pero vestida de gala sólo para aparentar. Y esa clase de gente es la peor…
Ya me habían advertido, más de una vez, qué clase de persona era en verdad o cuáles eran sus verdaderas intenciones e incluso yo misma había sospechado largo tiempo atrás, pero hay que reconocer que aparenta excelentemente bien y terminó engañándome, y yo comprando lo que ella me vendía ignorando las otras voces que trataban de sonar más fuertes que la suya…Y como siempre le fui fiel a mis sentimientos creyendo que no podía estar tan errada y que lo mejor era confiar en ella y tachar al resto de celosos; sin embargo, ahora, veo la realidad y no puedo dejar de pensar que soy una idiota. Tampoco puedo asimilar tan rápidamente, pese a tener las “pruebas” suficientes para determinar que me falló, que debo alejarme de ella…Pero supongo que será cuestión de adaptarme, como a todo…