No dejo de pensar en Mendoza, en sus montañas imponentes, en sus picos nevados, en su brillante sol, en su pulcra capital, en su aire libre de humos provocados por la quema de pastizales, en aquel hermoso lugar sin relojes amenazantes, ni compromisos asfixiantes.
Esto es producto de mi cansancio: estoy fatigada, flaca, débil; siento que en cualquier momento me voy a romper, como se rompen los vidrios. Caminar cada vez me consume más, no sé si me estoy por enfermar, me alimento mal o simplemente no me acostumbro al ritmo escolar, pero cada día es más difícil despertar y la siesta dura un poquito más.
Esto es producto de mi cansancio: estoy fatigada, flaca, débil; siento que en cualquier momento me voy a romper, como se rompen los vidrios. Caminar cada vez me consume más, no sé si me estoy por enfermar, me alimento mal o simplemente no me acostumbro al ritmo escolar, pero cada día es más difícil despertar y la siesta dura un poquito más.