jueves, 10 de diciembre de 2009

Ya lo había dicho, y vuelvo a decirlo: este verano va a ser jodido.

El sol, el calor, el incipiente espíritu navideño, las largas horas vacías, los programas televisivos cada vez más estúpidos, las clases ya terminadas, las mañanas de inconciencia, las trasnochadas con té, series, películas, libros y hojas en blanco y todas esas cosas que caracterizan el verano, no hacen más que volverme loca recordando el verano pasado, tan distinto, tan lleno de cualquier cosa, pero lleno. Lleno y feliz. Esperanzado, ilusionado.

Y él, que aparece y reaparece cuando no tiene que hacerlo, ya volvió a instalarse, mudo y quietecito, pero allí está, no sé si esperando o resignado, si tiene intenciones de avanzar o si se quedara ahí quieto hasta desaparecer entre el montón; pero está y eso a mí me perturba, me nubla, me molesta.

Hace que mis primeras dos semanas de verano sean un desastre.

1 comentario:

Ale dijo...

Acabo de leer las tres últimas cosas que escribiste, y creo que estás enfrentando al verano con muchos recuerdos, con muchas ganas de vivir sensaciones como las del verano anterior. Y creo que eso mismo es lo que te está jugando en contra, en lugar de permitirte disfrutar de este verano, quedás anclada a uno que ya pasó.

Habrá que animarse a sentir qué hay en éste, y si M merodea una y otra vez y tus sentimientos te dicen algo claramente, por más que la cabeza se interponga no lo vas a poder evitar. Quizás por la falta de algo en este verano (que aún no llegó) es que mirás tanto atrás. Conozco la sensación porque la viví en mis últimos veranos, asi que te diría que les des una oportunidad a este. Quizás te sorprendas. Y si eso no pasa, bueno, seguiremos recordando viejos veranos felices.

Un beso Sofi, extrañaba leerte.