jueves, 30 de abril de 2009

Vivimos presos

Presos...Vivimos presos...Paranoicos, locos.

Primero fue la inseguridad, nos cansamos de escuchar noticias sobre asesinatos a sangre fría de pobre gente que intentó resistirse a un robo, que quiso defender lo suyo y a los suyos a manos de, en muchos casos, menores de edad que probablemente drogados, y que por su condición de menores, son inimputables, por lo tanto incarcelables...Ellos, porque la gente sí vive presa, presa del miedo y paranoia, que cada vez deja de hacer más y más cosas por temor.

Después el dengue...Parece mentira que en el siglo XXI, existiendo computadoras, celulares y reproductores de música en todos los tamaños imaginables, en la era de la informática y tecnología aún siga afectando a la población una peste tan pero tan primitiva, parecida a aquellas que pueden hallarse en libros de historia para alumnos de segundo año del secundario. Parece mentira que la gente tenga que temerle a un miserable mosquito que si te pica dos veces y no recibís tratamiento, puede llegar a matarte. Presos nuevamente, de un mosquito, de una plaga digna del siglo XIX; las víctimas: los olvidados, los pobres, como siempre sucede en nuestro país.

Y ahora una pandemia prácticamente mundial que apresa a la gente tras un barbijo -que por cierto no es tan efectivo como nos cuentan- y amenaza con erradicar el ya poco contacto humano que nos queda, también preso de las tele-comunicaciones. Esta pandemia también parece ridícula...Siglo XXI!!!!!!!!!! Nos acechan enfermedades de otro siglo, que creíamos olvidadas y documentadas en libros de historia...Increíble.

La paranoía, el miedo, el apresamiento que sufrimos es bombardeado desde todos los ángulos, vivimos en estado de alerta permanente, siendo la vida aún más agotadora de lo que ya es con sus problemas cotidianos, laborales y a no olvidarnos de la fucking crisis mundial que tantas páginas de diario también llenó y sigue llenando.

Ayer miraba el noticiero con un grupo de amigas, almorzando en la casa de una de ellas y observábamos a la gente ingresando a nuestro país con barbijos, hablándole a un micrófono y a una cámara atemorizados, con ojos desorbitados y asustados.
El aeropuerto prácticamente vacío...La gente asustada...Lo que menos se me ocurrió pensar era que la causa era una gripe, me recordó más bien a las semanas posteriores al 11 de Septiembre y al miedo que los estadounidenses tenían a subirse a un avión creyendo que podrían ser víctimas de otro atentado.

Estamos todos locos.

PD: mi situación personal mejoró un poco.

miércoles, 22 de abril de 2009

Me cansé de remarla. Sólo quiero llorar, escuchar música, mirar películas, leer, comer -mucho- y dormir -muchísimo.

Y Ciro, con su Luz de Marfil, me canta "debes seguir dandole duro y parejo"...

domingo, 12 de abril de 2009

Me siento mal todo el tiempo, con ganas de llorar pero con lágrimas agotadas, con ganas de reír pero sin carcajadas atragantadas, con ganas de salir pero sin energías para levantarme, con ganas de recomponer pero sin ladrillos para construír lo destruído, con ganas de soltarme pero sin poder romper las cadenas que me reprimen.

Ya abandoné la coraza, ahora quiero sentir todo, no perderme de nada, pero me cuesta soportar tantos golpes en tan poco tiempo. Algunas son pequeñeces, otras son cosas medio heavies que escapan a la normalidad de mis días y que no son fáciles de reconocer.
No quiero asumir casi ninguna de las cosas que me están tocando soportar, y eso hace todo mucho más complicado, ya que si al menos pudiese reconocer y admitir que allí están, más sencilla sería luchar en su contra. Pero no puedo, no quiero, y eso va en contra a mi premisa principal: crecer y madurar.
No quiero madurarlas, no quiero crecer en base a pérdidas, a muertes, a enfermedades, a enfrentamientos. También necesito cosas de las buenas y lindas, porque bastante oscura ya es mi concepción de la vida que nos toca a los humanos vivir, y no tengo ganas de desilusionarme 100% a los casi 16 años porque así perdería todo motivo por el que vivir, y no está en mis planes ser una persona depresiva o suicida.
Trato de buscar las cosas positivas y lindas de mi vida: mis afectos, los que todavía están acá física pero sobretodo emocionalmente, y me cuesta, me cuesta porque me doy cuenta de que en mi afán de no entregarme por completo a nadie por miedo a sufrir tengo muy pocas relaciones afianzadas y realmente resistentes en las que refugiarme cuando necesito escapar o apoyarme cuando es momento de luchar....

Le pongo onda, a ver si se me pasa la mala onda y puedo pensar más positivamente. Necesito que UNA, por lo menos UNA, me salga y después va a ser más fácil.

sábado, 4 de abril de 2009

Internet es sin dudas una gran herramienta, un gran formador de vínculos –tales como los que establecemos “escritores” de blogs y lectores de los mismos- y mil cosas más que no me interesa analizar en este momento, así que voy al punto que me inspira en este momento: Internet es un gran deformador de las relaciones humanas.

Hoy por hoy los pibes no te encaran a la salida del colegio, no te miran en el recreo, no te regalan un chocolate o una flor; se te declaran vía chat o por mensaje de texto, miran las fotos que subís al Facebook mucho más que tu cara personalmente y te mandan tarjetas virtuales por mail. Algo similar sucede con los problemas/conflictos…Cuando alguien necesita decir “de frente” que tiene algún inconveniente con otra persona o que hay ciertas actitudes que le resultan molestas, en lugar de hacerlo cara a cara con un cafecito o gaseosa de por medio –como a mí me gusta que sea- lo hacen utilizando una nota del Facebook o por chat.

Esto último es lo que sucedió una semana atrás con un par de amigas que se pelearon…Una escribió en el Facebook una serie de reproches hacia ellas y algunas actitudes puntuales que la hicieron sentir mal a la vez que reivindicaba al resto de sus amistades –entre las cuales estoy incluida- agradeciendo que no fuerámos como “ellas” y no la traicionáramos pero en ningún momento menciono el nombre de las personas a las que el escrito iba dirigido o lo que la motivó a escribirlo, quienes estaban al tanto de los hechos adivinaron de quiénes se trataban y las causas de tal enojo. Al día siguiente, se vieron en el colegio, compartieron un aula, se tuvieron frente a frente durante aproximadamente cuatro horas…Y ni la autora de la nota les dijo algo de todo lo que escribió a ellas ni las “ofendidas” se dieron por aludidas.

Conclusión: un acto de cobardía fue sucedido por otro…Y si las dos partes son cobardes o no tienen la madurez suficiente para enfrentarse y decirse las cosas que sienten cara a cara, dándole al otro la oportunidad de replicarlo, es imposible que la situación se recomponga. Y si seguimos así nos vamos al carajo.
Ahora entiendo por qué la palabra perdió tanto valor, por qué cada vez el mundo está más lleno de cobardes, de falsos, de hipócritas y de gente sin sueños ni objetivos.