domingo, 10 de enero de 2010

No puedo pasarla bien en los contextos en que mis amigas la pasan bien. Eso me aleja y aísla.

Mis amigas van a bailar. Disfrutan de ir a bailar. Y a mí los boliches no me gustan. Me molesta la gente transpirada que roza inexorablemente tu espalda que pretende permanecer seca o al menos limpia. Compartir con absolutos desconocidos un lugar cerrado con la música a todo lo que da y el olor a porro que no da tregua, me molesta. El humo que tiran para crear algún tipo de efecto y las luces prendiéndose y apagándose continuamente me marean, la música me aturde y la clautrofobia me ataca: me mareo, me baja la presión, me falta el aire. Me desmayo.

La paso como el culo. Y mis amigas van a los boliches, sin mí. Y vuelven del boliche con un millón de anécdotas que no conozco, que no comparto, que no entiendo. Me quedo muda frente a miles de chistes internos que nunca se gastan en explicarme. Ni siquiera intentan conservarme dentro del grupo a pesar de no compartir sus gustos. Evidentemente no les importo.

Y este fin de semana, cansada de la soledad de mi casa, de la monótona rutina televisiva y de libros en la que me sumergí desde que comenzó el año; decidí ir a bailar con ellas. Con el grupo de siempre. Con las personas con las que me divierto. ¿Pero qué pasó? Invitaron a personas con las que no me llevo o me llevo mal. Y ahí el plan se fue al diablo. Si voy a hacer el sacrificio de ir a bailar, lo hago por mis amigas, no por gente cualquiera a la que ni siquiera puedo ver.

Y yo las culpo a ellas por no poder YO pasarla bien en un boliche, o por no poder dejar de lado ciertas asperezas por tan sólo una noche. Esa es mi responsabilidad, no la suya. Pero aún así me enoja. Me enoja sentir que no les importo. Que para ellas si yo estoy bien o mal, da lo mismo.

Y me quedé sola en casa, una vez más. Y hoy me siento sola, para variar nomás.

2 comentarios:

Ale dijo...

Es muy difícil hoy en día para alguien como vos encajar en un grupo como los que hay, porque sos distinta a lo que se ve la mayoría de las veces en personas de tu edad. Y eso te debe generar mucha impotencia, que se mezcla con tristeza y enojos y bronca y bueno... esa maraña de sentimientos que tenés hace rato largo.

Se me ocurre que hablarles quizás sería lo más directo, pero sinceramente con una mano en el corazón no creo que eso cambie nada; sin embargo, te vas a poder descargar y eso no es menos importante. Quién sabe si ellas no se dan cuenta y es todo un gran malentendido. La única forma de saberlo es sacando las cosas a flote, aunque eso nos lleve a chocar irremediablemente. Puede que no.

A mí mismo desde este lugar y sin conocerte me da impotencia ver cómo te sentís con tu entorno, pero creo que tenés algo que nadie tiene y espero sepas verlo y estar orgullosa de eso, aunque al mismo tiempo te genere distanciamiento.

Un beso grande Sofi, ya sabés que cualquier cosa, estoy a un mail de distancia.

Cuidate.

Anónimo dijo...

Hola Sofi,
Entre a este tipo de charlas despues de ver una pelicula"El lado ciego".
El valor que tienes es mas alto del que crees, porque eres diferente. No eres como un robot que hace lo que los demas hacen. No eres manipulable por el medio que nos rodea. Tan solo piensa que algunas veces esperamos ser aceptados por los demas pero debemos primero aceptarnos nosotros mismos. Que te parece si buscas grupos con los que te identifiques, como grupos de estudios en alguna biblioteca, grupos de lectura, grupos de oracion, grupos de musica, grupos ayudar a los demas haciendo visitas a hospitales, o en un museo, algo que te llene de felicidad. Con tus amigas puedes salir cuando ellas salgan a comer o un plan que te guste. Ellas no pueden dejar de divertirse por ninguna persona en el mundo y tu no puedes sacrificarte por nadie en el mundo. Tu vida tiene valor y mucho mas de lo que crees. Deja de lamentarte y haz lo que quieres hacer.
un abrazo y aqui estare.
Mar