Anoche, dos de la mañana aprox.
Pienso en los besos que nunca nos dimos, en los te quiero que nunca supe verbalizar, en los mensajes de texto que esperé y nunca recibí, en las cartas tiernas que reemplacé por otras repletas de agravios e insultos, y en tus miradas de odio y cansancio imagino una de amor y perdición.
Hoy, dieciocho horas más tarde, aprox.
Pasaron tres años, y lo que siento por vos -que no tengo muy en claro qué es- superó todos los obstaculos que se le atravesaron y prevaleció ante otros espejismos de amor y caprichos de pendeja.
Si yo te trato mal, si te tiro palos, se debe a que no tolero que lo que me gusta de vos es lo mismo que me llena de rabia: me encanta que seas chamuyero y despreocupado, porque eso es lo que te da la valentía para encarar sin miedo a que te corten el rostro y a mí me encanta que me encaren. No obstante, es eso mismo lo que te hace inmune a los sentimientos fuertes y te ayuda a eludir las conversaciones que te sitúan en un lugar incómodo. Y para mí, el diálogo, cuando hay sentimientos de por medio, es indispensable.
Detrás de todo chamuyero, se esconde una persona sensible, a quien lo aterroriza el dolor.
3 comentarios:
No sé si detrás de todos, pero sí es cierto que hay muchas personas que se esconden en las frivolidades para no enfrentar a ese corazón agazapado que pide a gritos amar. Pero con un miedo terrible a sufrir por eso.
No todas las personas tienen la capacidad de ver eso en la otra persona, y si vos lo hacés es porque lo conocés y creo que si llegaste a eso sos capaz de romper esa barrera que él impone. No es fácil, a veces se hace imposible, pero si se quiere y se pone todo el corazón... creo que es posible.
Con un alto riesgo de sufrir, si, pero también de lograr lo inlograble y darte cuenta de que algunas cosas, algunas personas, algunos sentimientos... lo valen :)
me llego mucho el texto,
beso señorita
sinceramente espero que sea como vos decís, que haya algo que valga toda la pena el esfuerzo
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