viernes, 5 de octubre de 2007

Keep me closed.


No tengo ganas de escribir bien, no encuentro las palabras que describan la mezcla de sensaciones que siento dentro de mi cuerpo, quizás no existan porque este sentimiento no es más que una histeria femenina que esconde un grito desesperado y desencajado delatando la mierda que tengo dentro producto de diversas cosas pero que no sé cómo expulsarlo de mi interior; aquí va un intento:

a) No soporto la intolerancia ajena, yo me tengo que bancar todas sus miserias, masticarlas, saboreala y decir que me encantó dejarme usar y que no tengo problema en aguantarlas mientras que ellos ni siquiera se percatan de cómo me siento ni qué pasa por mi alborotado corazón que suplica desde hace tiempo una mente capaz de captar mi silencioso mensaje y un corazón capaz de amarme más allá de todos mis defectos a flor de piel.
b) No tengo más ganas de ser el pañuelo donde todos lloran sus desgracias dejándolo sin espacio donde yo pueda secar mis propias lágrimas, estoy cansada de no ser más que la psicóloga más barata y más a mano que todas encuentran, me molesta profundamente empezar a hablar sobre mis problemas y que me salgan con los propios pisándome sin más.
c) Me duele y me lastima darme cuenta que a nadie le importa cómo estoy al punto de que no se dan cuenta que no estoy bien, que no estoy serena como antes; me duele que no sean capaces de ver los, para mí notables, signos de dolor, lágrimas y un grito ahogado por ellos mismos.
d) Ya no lo soporto, la imagen que poseía de él se me cayó a pedazos destrozando por completo el cariño que por él sentía y tengo miedo de dejar de quererlo hasta como amigo, perdiendo con él una parte de lo que soy o de lo que fui durante estos meses.
e) Me asusta lo que soy, por primera vez en mi vida me gustaría vestir otro traje totalmente opuesto al que visto actualmente, quiero estar en paz conmigo y estar más acorde al limitadísimo y mentalmente cerrado contexto en el que me muevo. Cada día mi soberbia se acrecienta, alimentada por los errores y defectos ajenos que ellos mismos se encargan de sacar a relucir casi con orgullo; cada día que pasa me duele más no encajar, mirar a mi alrededor y sentir que no debería estar, que sobro, percibir en el aire que hay algo que desentona y ver que esa soy yo.
f) Me odio.

2 comentarios:

Ale dijo...

Uf... mirá, yo me sentí (si es que no me siento aún) así muchísimas veces. Y si te fijas, muchas de las cosas que decís están relacionadas... en el sentido en que vos no tenés por qué bancarte los problemas ajenos, ni tampoco hacer de psicóloga de cada persona, ni tampoco tenés que esperar eso de los demás... porque cuando hacemos todas esas cosas, y no se dan, pasa lo que te termina pasando a vos: terminás odiando lo que sos. Empezás a darle a todo una explicación, una lógica masoquista de "la culpa la tengo yo".

Y si, en parte la culpa seguramente la tenés vos. Pero hay cosas en uno que creo, personalmente, que no cambian. Como ese interés que mostrás por las personas (claro que no te conozco, solo interpreto lo que escribís). A vos te sale ser así, te preocupas por los demas, te interesa ayudar... te hace sentir bien. No luchas contra eso, porque pelear contra eso que sos innatamente te hace peor... porque estás queriendo cambiar algo que forma parte de vos. Y que seguramente es una cualidad.

Sin embargo entiendo qué te moleste, porque muchas veces necesitamos ese mismo apoyo de alguien. Necesitamos que alguien simplemente nos escuche, sin dar soluciones, solo en ese silencio que acompaña... y cuando eso no llega, culpamos a todos, hasta a nosotros mismos. Lo que pasa es que no nos damos cuenta que no es fácil encontrar personas así, personas como vos. Dispuestas a hacer propios los problemas de los demás. No abundan, y a veces creemos que sí. Eso te hace especial, y por eso la gente busca abrirse con vos... el problema es que muchas veces, como bien lo decís, sos vos la que se quiere abrir. Y nadie se da cuenta.

Y una cosa lleva a la otra... y todo se vuelve un planteo existencial propio. Empezamos a creer que hacemos algo mal. Conozco esa sensación, y aunque a menudo vuelve... te puedo asegurar que no, que no hacés nada mal. Que simplemente hay algo adentro tuyo que tiene angustiada y que como aún no pudiste ni resolverlo ni largarlo realmente... toda esa angustia se vuelve contra vos, y la unica salida que ves es culparte, como si haciendolo pudieras resolver el acertijo.

Y dejame decirte algo... cuanto mas busques en vos el problema, menos vas a ver la solución, porque te vas a encerrar tanto que no vas a poder ver más allá de eso.

En fin... son cosas que me parecen a mí, vuelvo a repetirte, solo me limito a interpretar lo que dejás acá.

Respecto a lo que pusiste en mi blog, es verdad... los tiempos de hoy en día están difíciles, cuesta salir a la calle como en otras épocas. Pero no hay que dejar que el miedo y la mierda de todo este presente nos esconda, nos aplaste. Estaríamos dandole la razón, pero aún así entiendo lo que decís... yo también lo siento. Y esas palabras en mi blog son escritas al mismo tiempo para mí, para autoconvencerme, para creer que es posible.

Y en cuanto a las charlas virtuales, chat o como quieras llamarlo... si, tienden a acobardar las cosas. Creo que es natural que se de así, porque detrás de un monitor hay cierta "vulnerabilidad cubierta", y no es raro que nos escondamos en eso. Y que alguien salga lastimado.

Pero justamente me pasó con alguien muy cercano a mi, alguien que quiero mucho, que vi cómo dejaba que una relación se estancara en una charla virtual... y en un grito de impotencia propia "salí" a pedir que por favor dejemos de lado el encuentro casual y salgamos a decir "hola, como estas?" con un helado de por medio. No se, se me ocurre que a veces nos perdemos de tantas cosas... creyendo que las estamos recuperando.

Te dejo un beso, y perdoná lo extenso de la firma. Me dejo llevar por algunas cosas...

Kramer dijo...

Muy deacuerdo con el comentario de Ale. Cualquier cosa que diga estaría de más.

Que la vida te sea leve. Un saludo!