martes, 16 de octubre de 2007

Regreso


El viaje fue muy divertido, sirvió para fortalecer vínculos que como ya he mencionado, se desgastaron producto de mi intolerancia y soberbia de años pasados, sirvió para sentirme dentro de un grupo del que por momentos me excluía, me hizo bien desconectarme de todo lo que me rodea a diario -la compu, los diarios, las noticias, el colegio, libros, tareas y verdes pizarrones- y también ayudó a sentirme más unida a él.


En un momento, ya en Mendoza, mi celular dejó de funcionar, es decir, podía recibir mensajes de texto y llamados pero no emitir ninguno de ellos, por lo cual debimos comunicarnos mediante el celular de una de mis amigas, que muy gentilmente me lo prestó y hasta lo llamó de sorpresa para verme sonreír. Al volver, como habíamos pactado, salimos a caminar solos; durante el camino no hablamos sobre nada que quiera contarles ni que influya seriamente en lo que finalmente sucedió. Bien, llegamos a la puerta de mi edificio y nos abrazamos, su metro ochenta comparado con mi metro cincuenta dificultó el asunto, debió agacharse DEMASIADO, haciéndome sentir un enano de jardín, intenté ponerme en puntas de pie, pero aún así no le llegué al cuello -imaginen la situación y atrévanse a decir que no es patético- y finalmente nos besamos.


Vine con algunas novedades, no?


Dejo foto del hermoso paisaje con el que me encontré allí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

los amo(LLL), como me hiciste sufrir yeguaaa, jaja
NADA, qe decir, tood más qe dicho.
besiitoo

Kramer dijo...

Buenas nuevas.

Siempre nos alegran.

Espero que sigas asi.


Saludos !