Estrés

Estoy cansada, agotada, sobrepasada, y mi cuerpo ya se empieza a quejar: me siento débil, me cuesta concentrarme, me molestan ruidos tales como pasos, voces murmurantes que se anteponen a mi propia voz cansada de sonar sin ser escuchada, gritos descontrolados, ruido de lápices y lapiceras completando desesperadamente una prueba, todo me molesta, todo me irrita, todo me supera; ya no doy más.
Vamos a ser sinceros, no hago nada que derive en semejante estrés, pero eso es lo que dijo mi médico, me recetó las mismas vitaminas que consumo los finales de años y me dijo que no debía ponerme nerviosa, já, cómo no estar alterada con los monos que son mis compañeros, con lo mucho que gritan, con lo mucho que me distraen. Me pone verdaderamente nerviosa que no dejen hablar a los profesores, no es de “traga” porque no lo soy, es porque simplemente me irrita que hablen por encima de otras voces, es porque al colegio yo voy a APRENDER, si no quiero aprender, me quedo en casa, pero no jodo a los que les interesa al menos un poco aprobar la materia para no tener que desgastarnos en diciembre y/o marzo.

Como dije al comienzo, mi cuerpo comienza a manifestar con mayor claridad lo que le pasa a mi mente, me mareo con facilidad, me duele el estómago, me cuesta apoyar los pies en el suelo y sostener mi propio y escaso peso, me cuesta concentrarme, no sólo por los disturbios que hay en el aula, sino porque mi propia cabeza no puede, ya no da abasto, ya no caben más cosas dentro de ella.

“Cuanto más te entrenes en realizar varias actividades al mismo tiempo, menos energía empleará tu cerebro en realizar esas mismas funciones en un futuro, pues no necesitará crear los enlaces sinápticos necesarios que le permiten ese tipo de ‘multitarea’”

Y yo que creía que la entrenaba, mierda.